Recomendaciones Para Perros Geriatrícos - Perros

Los perros mayores o geriátricos se encuentran en una etapa en la cual la edad afecta a todos los órganos. Algunos de estos órganos se desgastan más que otros, así que es importante que el perro reciba cuidados especiales cuando se hace mayor.

Los aspectos  más importantes son los siguientes:

1. Asegúrese de que las vacunaciones estén al día.
2. Cepíllelo con frecuencia para evitar que el pelo se enrede.
3. Córtele las uñas a menudo ya que es más probable que se desgasten menos a medida que el perro desarrolla un menor grado de actividad debido a la edad. 
4. Mantenga agua abundante a su disposición y controle su consumo.
5. Asegúrese de que otros perros no impidan que el perro de mayor edad tenga  acceso al agua y la comida.
6. Manténgalo en el interior de la vivienda la mayor parte del tiempo, sobre todo cuando el clima es frío y húmedo.
7. Péselo en la misma báscula y apunte el peso todos los meses.
8. Lleve a su perro al veterinario para un chequeo si se da cualquiera de las siguientes circunstancias:

• Aumento significativo y continuo del consumo de agua. Se considera un consumo anormal cuando supera los 100 ml/kg/día  (alrededor de 1.5 tazas para un perro de 4 kg) 
• Aumento continuo y significativo de la producción de orina.
• Pérdida de peso.
• Pérdida significativa del apetito durante más de dos días consecutivos
• Aumento significativo del apetito.
• Vómitos repetidos.
• Diarrea de más de dos días de duración.
• Cualquier problema al defecar u orinar.
• Aparición repentina de incontinencia.
• Cojeras que duran más de tres o cuatro días o que afectan  más de una pata.
• Pérdida evidente de visión, especialmente si aparece de forma súbita o las pupilas no se contraen ante una luz fuerte.
• Aparición de cualquier bulto, úlceras (heridas abiertas), o costras múltiples especialmente si parecen empeorar.
• Mal aliento o salivación excesiva
• Aumento del tamaño del abdomen.
• Aumento de la inactividad o del tiempo que pasa durmiendo.
• Pérdida de pelo, especialmente si se acompaña de rascado o si se da en zonas específicas.           
• Tos persistente o arcadas.
• Jadeo excesivo.
• Colapso súbito o debilidad.
• Imposibilidad de masticar comida dura.
• Convulsiones, ataques o comportamientos extraños.